En torno a la
hipótesis
Alfredo Tecla, 1998, “En torno a la
hipótesis”, en Metodología en las ciencias sociales, México: Ed. Taller
Abierto, pp 103-114.
En la discusión actual sobre el método científico es
curioso observar posiciones extremas que consisten en negar la importancia de
las hipótesis en la investigación. Así hay quien afirma que el investigador
debe enfrentarse a su objeto de estudio libre de prenociones, sin hipótesis,
pues éstas lo perjudicarían y no sería capaz de sujetarse a los hechos ni de
alcanzar, por lo tanto, la objetividad. No cabe duda que estas posiciones están
inspiradas en gran parte, en el rechazo a las “prenociones” de Durkheim, el
cual sostenía que la construcción de un
modelo hipotético debía surgir en el proceso mismo de la investigación. Para Durkheim
el primer paso de la investigación consiste en la definición del objeto de
estudio en términos de alguna característica observable, y es en base a la
observación y a la comparación cómo el investigador extrae los rasgos comunes
que le permiten construir el “tipo medio” o “normal”. A primera vista, caemos
en cuenta de que Durkheim atribuye la prioridad al proceso inductivo – se va de
lo particular a lo general y no da importancia, al menos en esta fase al
proceso deductivo. Para nosotros el proceso del conocimiento es un proceso
dialéctico que incluye tanto la inducción como la deducción. Ya en otra parte
hemos dicho que el investigador no se enfrenta a su objeto de estudio desnudo
de teoría; sin nociones generales, por muy vagas e imprecisas que éstas sean, y
al punto hemos recordado a Marx cuando afirma que sólo se hacen hipótesis en
vista de algún fin determinado. Desde el primer momento, es preciso disponer de
una cierta representación general del objeto de estudio. La práctica ha
demostrado que aquellos que evitan las cuestiones generales y que desconocen la
importancia de las hipótesis caen en el más absurdo y estrecho empirismo.
Algunos sociólogos norteamericanos nos dan evidencia de
ello cuando renuncian a cualquier principio general y modelo hipotético, estos
sociólogos intentan formular un modelo de la estructura social inferido
supuestamente de la realidad. Auxiliados por encuestas y cuestionarios proceden
a la construcción empírica de sistemas de estructuras sociales, tomando como
base la opinión subjetiva de los entrevistados. Estos modelos construidos
“empíricamente” sin referencia a algún marco general ni a hipótesis se
caracterizan por su arbitrariedad y por su subjetivismo. En el mejor de los
casos no trascienden el simple nivel descriptivo. En la elaboración de esquemas
de la estructura social capitalista, los sociólogos burgueses utilizan los dos
métodos básicos del empirismo, el llamado subjetivo y el llamado objetivo. En
esencia son los mismos. Ambos utilizan las técnicas del cuestionario y la
encuesta. La diferencia, formal en este caso, consiste simplemente en el que el
método “subjetivo” cuestiona directamente a los entrevistados interrogándolos
sobre su “concepción personal” de la estructura social y sobre su opinión de a
qué grupo social pertenecen; mientras que en el método “subjetivo” se
distinguen por realizar encuestas orientadas a conocer los ingresos, la
ocupación, el modo de vida, etc., según lo que el sociólogo considera
significativo para determinar el carácter de las clases o capas sociales.55
Sin comprender el trasfondo ideológico del asunto,
calificaríamos de ingenuas estas posiciones. El ejemplo citado nos permite
evaluar como absurda la pretensión de elaborar un esquema de la estructura
social partiendo de lo que el entrevistado piensa, opina o se imagina. Sin
embargo, estas posiciones se dan, y no solamente eso, sino que han tenido gran
importancia dentro de la sociología burguesa.
Otra cuestión que tiene que ver con lo general y lo
particular, es el caso contrario de la elaboración de hipótesis partiendo del
principio o esquemas muy generales y abstractos, sin tomar en cuenta los
niveles medios de análisis. Un ejemplo conocido es el de Talcott Parsons, el
cual elabora sus famosos modelos sobre el sistema y la estructura social,
partiendo de conceptos de una generalidad ambigua como son los términos de
“sistema” y “estructura” sin haber definido suficientemente sus
características, ni sus interrelaciones y su coordinación.
De esta manera,
para Parsons, “sistema” es la sociedad en lo general, y la sociedad es “aquel
tipo de sistema social que comprende todas las condiciones principales para
existir como sistema autoestabilizante” (T. Parsons an Shils, Towar a General
Theory of Actino, Cambridge, 1951, p. 26) Parsons construye sobre esta base sus
cuatro tipos de estructura social.56
1)
“La imagen universal de la
adquisición” que corresponde a la sociedad moderna donde la finalidad de los
individuos consiste en la adquisición en sí.
55Ver
W.L. Wagner, Social Class en America, Chicago, 1949
56Parsons y su
esencia consideran la estructura social como el resultado y el modo particular
de los efectos mutuos de disposiciones, sentimientos y emociones de seres
humanos, es decir, la estructura de sus interrelaciones. Mientras que el “campo
de acción” es la imagen que tienen los hombres de las condiciones y eventos
circundantes (Ver. T. Parsons. The Social Sistem).
2)
“La imagen universal de la
asignación”, se refiere a la sociedad organizada jerárquicamente en la que se
asigna, desde arriba, su actividad a cada individuo su papel, “donde a
diferencia del primer modelo el valor de la adquisición es aprobado en ciertos
niveles solamente. 3) “la imagen particular de la adquisición,” 4) y por último
“la imagen particular de la “asignación”, donde está ausente una motivación
general de la adquisición y cada actividad se valoriza por separado. Pensamos
que este ejemplo ilustra suficientemente cómo la falta de los niveles
intermedios del análisis y el partir de generalizaciones ambiguas y abstractas
conducen a la elaboración, en este caso, de “tipos” totalmente abstractos y
discordantes con los tipos sociales realmente existentes como formaciones
económicos – sociales.
El ejemplo de Parsons nos sirve también para abordar la cuestión de
las diferencias que se dan entre la teoría y la hipótesis. Esta claro que lo
que propone Parsons como teoría no son más que modelos hipotéticos y, desde
nuestro particular punto de vista, falsos. Sin embargo, las argumentaciones de
este tipo son consideradas comúnmente como teorías o bien, como en el caso de
Bunge ( y a fin de cuentas de Popper), se termina por reducir las teorías a un
simple conocimiento hipotético. Hay que recordar la aseveración de Bunge de que
el núcleo de toda teoría científica es un conjunto de hipótesis verificables.
Pero Bunge va más lejos al agregar lo siguiente:
“Más
aún: habitualmente se concuerda en que debiera llamarse “hipótesis”no sólo a
las conjeturas de ensayo, sino también a las suposiciones razonablemente
confirmadas o establecidas pues
probablemente no hay enunciados fácticos generales perfectos”57. Ya
nos hemos referido a lo que consideramos una falla en la argumentación
de Bunge (ver material sobre el “problema”) en cuanto a que no toma en cuenta
el carácter absoluto y relativo de la verdad, pues si bien es cierto que no hay
verdades absolutas, también es cierto que la verdad es siempre concreta y que
las verdades “relativas” son parte de la verdad absoluta. Las teorías que,
consideradas científicas en un determinado momento por haber sido confirmadas o
verificadas, y que, posteriormente son puestas en duda por los nuevos hechos –
o bien que no alcanzan a explicar suficientemente los hechos a que se hace
referencia y que son desplazadas por nuevas teorías, no son negadas en su totalidad,
sino que queda en pie una parte de ellas, o bien su concepción general como una
aproximación a un conocimiento más exacto. El hace aquí referencia a las
teorías que ha sido verificadas o confirmadas, excluye aquellas “teorías” que
eran simples fantasías o bien eran falsas y que a juicio de la gente de la
época eran consideradas como “verdaderas” o “científicas”: como por ejemplo, la
teoría de que la tierra era cuadrada, o bien que era el centro del universo o
los tipos de estructura social de T. Parsons, etc., etc. Así pues, pregunta
obligada es ¿qué es lo que distingue a la teoría de la hipótesis científica?
Kopnin nos informa en su Lógica Dialectica58 sobre las
vicisitudes a que se ha visto sometida la hipótesis a través de la historia,
pasando por la concepción negativa que de ella tenían Newton y de la
influencia perjudicial que le adjudican. Comte, Mach y Avenarius tenían una
visión apocalíptica de la hipótesis “calificándola de veneno de la filosofía y
peste de la razón, afirmando que la finalidad de la ciencia no es la de
construir hipótesis, crear sistemas y teorías, sino la de describir los
fenómenos sin plantearse el conocimiento de la ley que regula su movimiento.59
El
positivismo ha optado por a) rechazar la hipótesis; o bien, b) por reducir el
conocimiento científico a un conocimiento hipotético. Ambas opciones son
incorrectas. El materialismo dialéctico parte de la relación dialéctica que
establece entre el sujeto y el objeto de conocimiento.
El
método científico que tiene como fin la reproducción del objeto por la vía del
pensamiento tiene su fundamento en la unidad entre la práctica y la teoría. Se
considera a la teoría como el conjunto de conceptos, categorías, modelos,
leyes, teorías, problemas e hipótesis, o sea las diferentes formas de reflejo
del concreto sensible en la conciencia del sujeto de conocimiento.
A
otro nivel, hacia el interior de la “teoría”, están aquellas teorías que han
sido verificadas por la vía de la demostración, de la práctica, que son
fidedignas, y que hay que distinguirlas de aquellas teorías que están
formuladas a nivel de suposición y que no
han sido verificadas; que todavía no se han determinado si son o no son
fidedignas, es decir, las hipótesis.
Además hay que
distinguir la teoría que está planteada en forma problemática, o sea los
problemas científicos. La posición de Bunge de reducir el conocimiento
científico a un conocimiento hipotético tiene que ver con este nivel.
57 M. Bunge, La Ciencia , su Método y
su Filosofía, Buenos, Ed. Siglo XX, 1973, p. 62.
58 P. V. Kopnin, Lógica Dialéctica,
Ed. Grijalbo, México, 1966.
59 Ibid. P. 428
Kopin
nos define la teoría, en sentido cito, como “una vasta esfera de conocimientos
que describe y explica el conjunto de los fenómenos, que se dan a conocer las
bases reales de todas las tesis enunciadas y que circunscribe las leyes
descubiertas en dicha esfera a un principio unificados único”60
Lo que destaca en esta definición es su unicidad y organicidad; si
no existe el principio unificador y la organicidad ningún cuerpo de
conocimientos puede constituir una teoría científica. Y por último, si no
existe argumentación, demostración, de las tesis que la componen tampoco hay
teoría. Desde este punto de vista, la hipótesis se distingue solamente en
cuanto a que es una teoría no comprobada, no demostrada. Pero, podemos afirmar
que, desde el punto de vista formal, no se distingue de la teoría.
Etimológicamente
“hipótesis” significa “punto de partida”; por ser una teoría cuya veracidad no
ha sido demostrada o argumentada, se define como una suposición o conjetura,
pero de ninguna manera puede ser reducida a una simple suposición. La hipótesis
científica está apoyada en el conocimiento científico; es la posible respuesta
a un problema de carácter científico y por tanto posee una base objetiva. La
parte conjetural viene a constituir su parte subjetiva en tanto no sea
demostrada. La subjetividad de la hipótesis no debe interpretarse en el sentido
de que su contenido sea necesariamente subjetivo, es decir, que no corresponda
las propiedades objetivas del concreto sensible; sino en el sentido de que es
una argumentación o explicación que puede ser o no cierta. La contratación de
la hipótesis puede conducir a los resultados siguientes: 1) que la hipótesis
sea verdadera, con lo cual se establece que su contenido es objetivo y pasa a
formar parte de la teoría científica, 2) que la hipótesis sea falsa, con lo
cual se establece que la parte conjetural sea subjetiva por su contenido, 3)
que la hipótesis sea parcialmente verdadera, es decir, que su parte conjetural,
por su contenido tenía una parte subjetiva y otra objetiva, siendo un paso
obligado la modificación de la hipótesis para reiniciar el proceso de su
constratación. Se puede asegurar que las hipótesis anteceden a la teoría. Las teorías
científicas surgieron primeramente como hipótesis y las nuevas teorías dan paso
al planteamiento de nuevos problemas y a la elaboración de nuevas teorías dan
paso al planteamiento de nuevos problemas y la elaboración de nuevas hipótesis;
es un proceso dialéctico.
60 Ibid. p. 430.
Como señala Engels, la hipótesis; es la
forma en que se desarrolla las ciencias. El paso de hechos aislados al
conocimiento de la ley, de una estructuración teórica a otra que refleja las
leyes del movimiento de los fenómenos con mayor exactitud y profundidad, se
realiza por medio de la hipótesis”.61
En
otro trabajo62 nos referimos a las teorías del materialismo
histórico para ilustrar el paso de la hipótesis a la teoría, decíamos:
“Primero
nos referiremos a las tesis fundamentales de la concepción materialista de la
historia. El materialismo histórico considera fundamental el modo de
producción, lo define como las relaciones que se establecen entre los hombres
en el proceso de producción de bienes materiales y afirma que existe una
necesaria correspondencia entre sus aspectos contrarios, es decir, entre las
fuerzas productivas y las relaciones de producción. Enseguida se establece que
las relaciones de producción son determinantes respecto a las demás relaciones
humanas. Las teorías de materialismo histórico fueron elaborados a nivel de
hipótesis entre los años 1840 a 1850; y por primera vez ofrecían la posibilidad
de estudiar los fenómenos historicos y sociales con pleno rigor científico.
No
fue a través de 25 largos años de estudio como Marx llegó a la comprobación de
sus hipótesis. Con la aparición de El capital, la concepción materialista de la
historia deja de ser una hipótesis para convertirse en una teoría científica.
Marx reunió una masa colosal de datos y con extremo rigor lógico, pasando de
análisis a la síntesis, de lo abstracto a lo concreto, formuló las leyes
esenciales que rigen a la sociedad capitalista. Tomando como “modelo vivo a
Inglaterra”, país en el que habían madurado las relaciones capitalistas, dedujo
los rasgos y aspectos más esenciales de la sociedad capitalista”.
De
acuerdo con Gorski y Tavants, la hipótesis debe reunir las siguientes
condiciones:
61 Ibid. p. 430.
62 A. Tecla, teoría, Métodos y
Técnicas en la Investigación Social, México, Ed. Cultura Popular, 1976, p. 33.
1) No ha de hallarse en contradicción con ningún dato de la ciencia.
Por su contenido no ha de contradecir la concepción científica del mundo, ni
los conocimientos científicos existentes cuando se formula la hipótesis.
2) Ha de ser suficiente para poder explicar todos los hechos que
motivan su formulación.
3) Ha de explicar, mejor que ninguna otra suposición, los fenómenos y
hechos a que se refiere.
4) Es, por tanto, evidente que no puede considerarse la hipótesis como
una suposición fantástica arbitraria y quimérica. Sobre un problema cualquiera
de la ciencia pueden idearse incontables suposiciones que dan alguna que otra
explicación si se consideran al margen del conjunto de conocimientos
científicos de la época. Pero esto no basta, ni mucho menos. La hipótesis ha de
articularse orgánicamente en la rama de la ciencia en que ha de ser aplicada.63
La hipótesis
se clasifican de acuerdo a diferentes criterios. En primer lugar éstas pueden
ser clasificadas según el grado de abstracción en teorías o empíricas. Las
empíricas son aquellas que hacen referencia directa a la realidad, mientras que
las teóricas deben ser contrastadas o bien a través de otras hipótesis más
particulares o bien que sus elementos conceptuales deben ser desglosados hasta
llegar a los indicadores que dan cuenta directa de la realidad, o sea el paso
de las categorías teóricas a las operativas. De tal modo; podemos decir que las
hipótesis teóricas, solo pueden ser controladas indirectamente, mientras que
las empíricas en forma más o menos directa. El “más o menos” es porque no hay
que olvidar que los grados de abstracción son relativos.
También hay que distinguir a las
hipótesis formuladas en la fase inicial de aquellas que surgen en el proceso
mismo de la investigación como respuesta a los nuevos problemas detectados y
que llamamos emergentes. Entre las hipótesis elaboradas en la fase inicial
destaca la hipótesis de investigación (hipótesis de trabajo) que nos da una
primera aproximación general de nuestro objeto de estudio, fijándolo y
precisándolo en términos de sus características esenciales, como una unidad.
63D.P. Gorsky y P.V. Tavantas,
Lógica, México, D.F., Ed. Grijalbo, 1968, p. 241.
Antes de seguir adelante hay que señalar
que frecuentemente el investigador trabaja con un conjunto de problemas y por
lo tanto con un correspondiente sistema de hipótesis. El tener una visión del
conjunto de las hipótesis como un sistema, guarda especial importancia , pues
nos permite ver las interrelaciones objetivas de nuestro objeto de estudio y
tener una visión integral de él como una totalidad. De acuerdo con la posición
que ocupan las hipótesis en el sistema se pueden clasificar en globales (o
generales), principales, secundarias, centrales y auxiliares.64 Los
grados de influencia y dependencia entre las hipótesis varían de acuerdo con su
función dentro del sistema. Las hipótesis centrales son las que determinan y
caracterizan al sistema, cualquier cambio a este nivel repercute en el conjunto
de sus relaciones. A nivel de las hipótesis centrales se puede destacar todavía
a la hipótesis que juega el papel principal. Todo esto nos hace ver la
necesidad no solo de la clasificación, sino del ordenamiento y jerarquización
de las hipótesis. La relación entre las hipótesis centrales y auxiliares y
entre las principales y las secundarias es muy compleja. Para tener una noción
aproximada de esta complejidad, daremos un ejemplo – a reserva de que esto se
amplíe en otra ocasión – respecto a las relaciones que se dan entre una
hipótesis central y una auxiliar. Estas relaciones se pueden expresar de la
siguiente manera:
Hc es
verdadera Ha
es verdadera____________
Hc es falsa Ha
es falsa _______________
Hc es
verdadera Ha
es falsa
O
sea que la hipótesis auxiliar (Ha) es siempre dependiente de la hipótesis
central (c). Siempre que Hc es falsa Ha resulta falsa, pero no siempre que Ha
es falsa Hc resulta falsa.
Hay
que tener en cuenta por ultimo, que una misma hipótesis central puede
relacionarse con varias hipótesis auxiliares.
Con
respecto a las hipótesis generales y particulares ya hemos señalado la
complejidad de sus relaciones. Antes de hablar de niveles de generalidad entre
un sistema de hipótesis es necesario hacer la distinción entre los postulados
teóricos generales y las hipótesis, pues estas diferencias han sido omitidas
por algunos autores.
64 Respecto a la
clasificación de las hipótesis véase a Friedrich y Veller. Sobre las hipótesis auxiliares véase a Hempel.
Por ejemplo, cuando
Popper habla del “modus tollens” como una de los procedimientos
lógicos para establecer lo que él llama la falseabilidad de un sistema de
enunciados, señala previamente que, los enunciados empíricos de elevado nivel
tiene siempre el carácter de hipótesis con respecto a los enunciados – de nivel
inferior deductibles de ellos: “pueden quedar falsados cuando se falsa estos
enunciados menos universales.65 A nosotros nos parece demasiado
arriesgado afirmar que todo enunciado que es general con respecto a otro
enunciado, guarde el carácter de hipótesis en relación a este ultimo de nivel
inferior. Propiamente, Popper diluye aquí la diferencia entre teoría e
hipótesis. Para rebatir esta posición equivocada de Popper, citaremos al paso
los ejemplos de las hipótesis elaboradas sobre leyes o principios generales –
como los principios de materialismo histórico, o bien las hipótesis construidas
en base a modelos generales, tal es el caso de la “Marca alemana en relación
con el modelo de “modo de producción asiático” tratados por Marx y Engels.66
Como vemos en estos ejemplos, el carácter de hipótesis de los niveles
inferiores no es extensible a los niveles superiores. Hay que recordar, además
que las hipótesis sólo pueden ser construidas sobre un conocimiento científico
demostrado y verificado. Ahora, en lo que se refiere a la relación entre una
hipótesis general y otra particular, queda claro que se trata de relaciones
entre hipótesis. En cuanto a la aproximación a la realidad empírica, Popper
tiene razón al señalar el papel de las hipótesis auxiliares en el sentido de
aumentar el grado de falsabilidad (contrastabilidad) del sistema de hipótesis
debido a su carácter empírico.67 También es digna de tomarse en
cuenta su observación sobre el escaso valor de estas hipótesis en el desarrollo
de la teoría.
65 R. Popper, La Lógica de la
Investigación Científica, Madrid, Ed. Tecnos, 1977, p. 72
66Marx y Engels
desarrollaron hipótesis sobre el carácter de las relaciones agrarias en Alemania (Marx citado por Kopnin, Op. cit.,
p. 440)
67 Popper ilustra
esto con un ejemplo de las ciencias naturales; el principio de exclusión de
Pauli correspondiente al campo de la teoría cuantica (véase K.R.Poper, Op.
cit., p. 120). También vendria al caso la hipótesis sobre el agua clorurada en
el ejemplo de Semmelweis citado por Hempel.
Pero, hay que tener presente, por otra
parte, que en el campo de las disciplinas sociales, el tema de las hipótesis, y
concretamente de este tipo de relaciones y funciones, no han sido
suficientemente estudiadas.
Siguiendo con
los criterios de clasificación, las hipótesis pueden ser clasificadas también
por su metodología, dando por resultado el método de hipótesis modelos, hipótesis
de principios y métodos de hipótesis matemáticas. Remitiéndonos a Kopnin, en el
método de hipótesis modelos se trata de la construcción de teorías en base a
modelos conocidos y utilizados para explicar relaciones y estructuras en un
campo más específico por medio de analogías y homologías; podemos citar aquí
los ejemplos de los modelos organicistas de la sociedad, o bien los modelos de
los átomos de las moleculas construidos por analogía a los fenómenos del mundo
habitual del hombre. En ciencias sociales el método de hipótesis modelos es muy
frecuente, baste mencionar a algunos autores que los han utilizado como a Marx,
Weber, Parsons, etc., aunque el punto de partida, como la forma de construir los
modelos sea diferente.
Kopin nos
advierte que el método de la hipótesis modelo no solo posee ventajas sino
también defectos. Entre sus ventajas, esta la de disponer de un modelo
coherente que refleja lo esencial y lo típico del fenómeno, una desventaja
resulta cuando la construcción del modelo se hace en forma arbitraria y/o
cuando se aplica mecánicamente a la realidad sin tomar en cuenta la
especificidad y los distintos niveles.
Respecto al
método de los principios, Kopnin nos dice que a primera vista, parece desligado
de las hipótesis y al margen de ellas, ya que pasa directamente de la
experiencia a los principios. “El método de los principios se basa en la
extrapolación, en la generalización de
los datos experimentales. Las leyes observadas por vía experimental en un limitado
grupo de fenómenos, se extienden a un grupo más amplio”.68 En las
ciencias sociales, podemos decir que la historia recorre frecuentemente a la
extrapolación: el ejemplo de la Marca y el Modo de Producción Asiatico ya
citado. La generalidad del método de los principios ha quedado plenamente
reflejado en la tesis de que la clave de la estructura del mono es la
estructura del hombre; la tesis expresa, en gran parte, el método de
extrapolación. La arqueología, la etnología y la antropología social recurren a
este método frecuentemente
68 P.V. Kopnin, Op. cit., p. 433.
La hipótesis
matemáticas tienen una aplicación más restringida en el campo de las ciencias
sociales. Este método se basa en la extrapolación de las formulas matemáticas.
Los investigadores que más han intentado desarrollar el método en las
disciplinas sociales son los positivistas, al estilo de Lunderg, Galtung y
Blalock. A diferencia de estos autores la posición materialista considera que
la elaboración y la aplicación de modelos matemáticos a la realidad social
deben tomar en cuenta la naturaleza especifica de los fenómenos sociales y el
análisis concreto. Los modelos matemáticos reflejan una situación ideal que es
necesario tomar en cuenta para no caer en el mecanismo. Pero de ninguna manera
deben rechazarse los modelos matemáticos, se debe tender a la modelación
matemática siempre y cuando su utilización esté plenamente justificada. Por el
momento baste recordar los modelos marxianos respecto al proceso de circulación
del capital, los modelos de la reproducción simple y ampliada, de la
composición orgánica del capital, de la tasa de plusvalía, etc. Un rasgo
distintivo de los modelos matemáticos marxianos consiste en que éstos están
elaborados como una derivación del análisis genético-estructural materialista
dialéctico.69
Las hipótesis
se distinguen también por el procedimiento lógico que se ha utilizado en su
elaboración, de tal modo las hipótesis pueden ser inductivas, deductivas o
analógicas (homologicas).
La relación de
las hipótesis con los problemas también es muy compleja e igualmente no ha sido
estudiada. En principio podemos decir que aún en aquellos casos en que la
hipótesis resulta falsa, significa un avance del conocimiento de la realidad.
La hipótesis es la respuesta tentativa a una pregunta, a un problema. La
hipótesis se deriva del problema, de su continuación lógica; está preñada del
contenido del problema y lo presenta en forma más desarrollada. Podemos decir
que la hipótesis está determinada por el problema, pero que a la vez observa
cierta autonomía. Una forma de demostrar esto, es a través de ejemplos clásicos
en la historia de las ciencias naturales, donde problemas que no tenían una
base objetiva condujeron al descubrimiento de una ley o una teoría (como en el
caso del flogisto). también se ha observado la situación en la que diferentes
puntos de partida conducen al mismo descubrimiento.
69 Vease, J. Zeleny
La Estructura Lógica de “El Capital” de Marx, México, Ed. Grijalbo,
1974, Cap. 8, pp. 141-163
Aquí hay que hacer la advertencia de que
si bien el camino seguido por los científicos para llegar a un mismo objetivo o
descubrimiento ha sido diferente, no lo ha sido respecto al método. A manera de
ilustración nos referimos a algunos ejemplos citados por Bernal. Es sabido que
en el descubrimiento de la ley de la conservación de la energía convergieron
las investigaciones de tres científicos. Los puntos de vista correspondientes a
los tres descubrimientos principales fueron radicalmente distintos: Mayer
(1814-1887) llegó a su concepción a partir de las consideraciones filosóficas
generales de tipo cósmico. Atrajo su atención la analogía entre la vis viva
(energía) adquirida por los cuerpos que caían por efecto de la gravedad y el
calor obtenido mediante la compresión de los gases. Joule (1818-1889) llegó a
la idea a partir de los experimentos que realizaba para averiguar si el nuevo
motor eléctrico era susceptible de convertirse en una fuente práctica de
energía. Al advertir que ello era posible, pues toda la energía se consumía en
el cinc, de muy elevado costo, de la batería impulsora, se vio obligado a
considerar la equivalencia cuantitativa del trabajo y el calor...sobre Helmhotz
(1847) indica que:”al intentar generalizar la concepción newtoniana del
movimiento al de un gran número de cuerpos en atracción mutua, mostró que la
suma de la fuerza y la tensión de que hoy llamaríamos energía potencial y
cinética, seguía siendo la misma”.70 Todos estos puntos de partida
tenían en común dar una explicación a la era del vapor, que había planeado una
serie de problemas en cuanto la calor, la mecánica, la electricidad, las fuente
de calor, el desgaste de la energía, etc. En la biología tenemos el ejemplo
clásico de Darwin y Wallace; Darwin, miembro de una familia con tradición
científica, formuló sus primeras hipótesis como consecuencia de sus
observaciones, realizadas en su viaje alrededor del mundo en el famoso Beagle,
empleando veinte años en sistematizar sus ideas y sus datos, mientras que
Wallace, catorce años más joven que Darwin llegaba a las mismas conclusiones
sobre la evolución por medio de su estudio acerca de la distribución de los
animales en las Indias Orientales. Otro ejemplo es el descubrimiento de las
bacterias y el papel que juegan las
enfermedades en el que convergieron, por caminos diferentes, Pasteur y Koch; el
primero a través de sus estudios de las enfermedades en el gusano de seda, y
Koch estudiando la multiplicación del bacilo de antrax, que lo condujo al
aislamiento del bacilo de la tuberculosis.
70 J. D. Bernal, Historia de la
Ciencia, Barcelona, 1967, Tomo I, pp. 452-453
En
las ciencias sociales también son frecuentes estos ejemplos. Marx y Engels en
su época de juventud habían llegado a las misma conclusiones sobre la lucha de
clases y el papel de la clase obrera. El camino seguido por cada uno de ellos
había sido un tanto diferente. Marx había emprendido la critica revolucionaria
de la Alemania de su tiempo en la Gazeta del Rhin, fundada por él;
mientras que Engels hacía su análisis clásico de la situación de la clase
obrera en Inglaterra. Más tarde desarrollarían sus ideas y coincidencias en una
serie de trabajos conjuntos entre los que destacan la Ideología alemana y La
sagrada familia. Es obligado también citar el caso de Morgan quien
investigando las sociedades primitivas descubrió a su vez los principios
fundamentales del materialismo histórico, en forma independiente a la obra de
Marx y Engels.
Los
ejemplos anteriores ilustran adecuadamente las relaciones dialécticas que se
dan entre problemas e hipótesis, no son, de ninguna manera, relaciones mecánicas.
La generalidad y universalidad de las leyes y principios permite que en el
estudio de diversos problemas se produzcan hipótesis similares y se llegue a
los mismos descubrimientos. también tenemos presente el hecho y la posibilidad
de que un mismo problema tenga diferentes soluciones. A reserva de que esta
cuestión sea profundizada, podríamos afirmar que existe una relación inversa
entre la diversidad de soluciones y el nivel de generalidad. Para poner un
ejemplo citaremos el principio de la “determinación en última instancia del
factor económico”. A este nivel no es posible considerar diversas soluciones,
se trata de un principio general. Cuando este principio se elaboró a nivel de
hipótesis excluyó cualquier otra proposición en este sentido. En cambio se pasa
a otro nivel y se trata de establecer el cómo o el cuándo, pueden existir
diversas soluciones, por ejemplo, ¿cuándo se da el paso de un sistema a otro?
Etc. Hay algunos casos en que diferentes hipótesis que se proponen como
solución a un problema y que parecen contrapuestas son en realidad
complementarias.
Tal
fue el caso en torno a la naturaleza de la luz, y la discusión se daba respecto
a que se era ondulatoria o corpuscular. La conclusión se dió en el sentido de
que la naturaleza de la luz era tanto crepuscular como ondulatoria. Ejemplos de
este tipo son frecuentes a nivel de las disciplinas sociales; las causas de un
movimiento revolucionario, o de una determinada crisis, etc.
En
cuanto a sus elementos la hipótesis es más rica que el problema. La hipótesis
contiene no solamente los elementos del problema, sino, además, aquellos que
intervienen como parte de la solución. Por ejemplo, en el problema ¿qué es una
clase social? Se trata de investigar los rasgos que caracterizan a las clases
sociales de tal modo que en la respuesta aparece el concepto de clase social
desglosado en una serie de características. Una forma sencilla de expresar esta
relación es la siguiente:
A nivel de problema
aparecen los elementos X y Z.
A nivel de
hipótesis aparecen los elementos X y Z más A, B y C
Lo
que distingue a la hipótesis del problema son los elementos A, B y C, ésta es
la parte subjetiva de la hipótesis; es la parte que encierra la posibilidad de
un conocimiento nuevo.
La
hipótesis no se presenta como el sólo cambio de la forma interrogativa o
conminatoria a la afirmativa, ni tampoco es un simple agregado de elementos con
respecto al problema, sino que representa una fase superior en el proceso del
conocimiento del fenómeno. Tienen toda la razón aquellos autores que han
conceptuado a la hipótesis como la punta de lanza de la ciencia, como el motor
de su desarrollo. Sin hipótesis no hay desarrollo científico propiamente.
Otra
variante que hay que mencionar en cuanto a la forma que reviste la hipótesis,
es la hipótesis problema. Este tipo de hipótesis pueden ser considerados como
las respuestas o soluciones planteadas en forma de preguntas, o dicho de otra
manera, que en la pregunta están ya contenidos los nuevos elementos. El asunto,
como se ve en este caso, es puramente formal.
Sobre
el papel que cumple la hipótesis en el proceso de investigación, queda de
manifiesto su importancia el señalar simplemente que este papel consiste en
orientar la investigación. Las hipótesis son las que determinan cuáles y cuántos
son los datos que vamos a recolectar y procesar, así como las técnicas que
vamos a utilizar. Las hipótesis nos permiten aislar lo esencial, lo
significativo y con ello nos aporta el criterio para establecer la cantidad de
datos que necesitamos.
Esto
nos permite organizar nuestra actividad científica,; nos permite prever los
recursos, las técnicas, los medios, el tiempo, los costos, etc., que se
requieren para llevar a cabo nuestra investigación. Cuando se elabora una
hipótesis hay que pensar en todas las consecuencias a que nos lleva su
contrastación, pues de otra manera estaremos a la deriva, sin saber exactamente
qué es lo que vamos a hacer, ni como lo vamos a hacer. No pocos investigadores
piensan que la investigación consiste en recolectar toda la información posible
sobre el objeto de estudio y llegado un momento se ven abrumados por una masa
caótica de datos sin saber qué hacer con ellos; el resultado es la esterilidad
científica. El trabajo científico es altamente selectivo y discriminatorio; se
trata de registrar sólo aquella información que es significativa para la
contrastación de nuestras hipótesis. Este carácter selectivo y discriminatorio
nos permite darnos cuenta cuando seguimos una pista falsa, en términos de
recursos y de tiempo tiene también un gran significado a nuestro marco teórico,
replantear nuestros problemas y elaborar en consonancia nuevas hipótesis.
Es
muy importante tener presente, al elaborar nuestra hipótesis, su posibilidad de
contrastación. El paso de las hipótesis a los indicadores es el tema de otro
capitulo, por el momento nos limitaremos a decir que las hipótesis deben ser
interpretadas o traducidas – ya sea a través de eslabones intermedios o a
través de indicadores, según la hipótesis de que se trate – en términos de datos
o conceptos que nos permitan manejar la realidad empírica. De otra manera no
tiene caso formular hipótesis.
A
manera de resumen diremos, pues, que la hipótesis científica es la búsqueda del
conocimiento objetivamente verídico de la realidad, es una de las formas
principales de avance del conocimiento, contribuye a descubrir la naturaleza
objetiva del fenómeno y a conocer las leyes de su movimiento es la punta de
lanza del desarrollo científico, es el elemento que le da a la investigación y
a la ciencia su carácter de sistema abierto.
La
hipótesis es la brújula que guía la investigación y la que determina las
técnicas y medios de contrastación; por lo tanto posee un carácter heuristico
al tender hacia un nuevo conocimiento y generar nuevos problemas. La hipótesis
contribuye al avance del conocimiento aún en los caso en que es rechazada
totalmente. Por su contenido, la hipótesis se nos presenta como un conocimiento
que contiene un aspecto objetivo, en cuanto a su base científica, y un aspecto
subjetivos en cuanto a su parte conjetural probablemente verídica.
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