Sunday, September 6, 2015

En torno a la hipótesis, Alfredo Tecla



 En torno a la hipótesis

Alfredo Tecla, 1998, “En torno a la hipótesis”, en Metodología en las ciencias sociales, México: Ed. Taller Abierto, pp 103-114.
        
            En la discusión actual sobre el método científico es curioso observar posiciones extremas que consisten en negar la importancia de las hipótesis en la investigación. Así hay quien afirma que el investigador debe enfrentarse a su objeto de estudio libre de prenociones, sin hipótesis, pues éstas lo perjudicarían y no sería capaz de sujetarse a los hechos ni de alcanzar, por lo tanto, la objetividad. No cabe duda que estas posiciones están inspiradas en gran parte, en el rechazo a las “prenociones” de Durkheim, el cual  sostenía que la construcción de un modelo hipotético debía surgir en el proceso mismo de la investigación. Para Durkheim el primer paso de la investigación consiste en la definición del objeto de estudio en términos de alguna característica observable, y es en base a la observación y a la comparación cómo el investigador extrae los rasgos comunes que le permiten construir el “tipo medio” o “normal”. A primera vista, caemos en cuenta de que Durkheim atribuye la prioridad al proceso inductivo – se va de lo particular a lo general y no da importancia, al menos en esta fase al proceso deductivo. Para nosotros el proceso del conocimiento es un proceso dialéctico que incluye tanto la inducción como la deducción. Ya en otra parte hemos dicho que el investigador no se enfrenta a su objeto de estudio desnudo de teoría; sin nociones generales, por muy vagas e imprecisas que éstas sean, y al punto hemos recordado a Marx cuando afirma que sólo se hacen hipótesis en vista de algún fin determinado. Desde el primer momento, es preciso disponer de una cierta representación general del objeto de estudio. La práctica ha demostrado que aquellos que evitan las cuestiones generales y que desconocen la importancia de las hipótesis caen en el más absurdo y estrecho empirismo.
            Algunos sociólogos norteamericanos nos dan evidencia de ello cuando renuncian a cualquier principio general y modelo hipotético, estos sociólogos intentan formular un modelo de la estructura social inferido supuestamente de la realidad. Auxiliados por encuestas y cuestionarios proceden a la construcción empírica de sistemas de estructuras sociales, tomando como base la opinión subjetiva de los entrevistados. Estos modelos construidos “empíricamente” sin referencia a algún marco general ni a hipótesis se caracterizan por su arbitrariedad y por su subjetivismo. En el mejor de los casos no trascienden el simple nivel descriptivo. En la elaboración de esquemas de la estructura social capitalista, los sociólogos burgueses utilizan los dos métodos básicos del empirismo, el llamado subjetivo y el llamado objetivo. En esencia son los mismos. Ambos utilizan las técnicas del cuestionario y la encuesta. La diferencia, formal en este caso, consiste simplemente en el que el método “subjetivo” cuestiona directamente a los entrevistados interrogándolos sobre su “concepción personal” de la estructura social y sobre su opinión de a qué grupo social pertenecen; mientras que en el método “subjetivo” se distinguen por realizar encuestas orientadas a conocer los ingresos, la ocupación, el modo de vida, etc., según lo que el sociólogo considera significativo para determinar el carácter de las clases o capas sociales.55
            Sin comprender el trasfondo ideológico del asunto, calificaríamos de ingenuas estas posiciones. El ejemplo citado nos permite evaluar como absurda la pretensión de elaborar un esquema de la estructura social partiendo de lo que el entrevistado piensa, opina o se imagina. Sin embargo, estas posiciones se dan, y no solamente eso, sino que han tenido gran importancia dentro de la sociología burguesa.
            Otra cuestión que tiene que ver con lo general y lo particular, es el caso contrario de la elaboración de hipótesis partiendo del principio o esquemas muy generales y abstractos, sin tomar en cuenta los niveles medios de análisis. Un ejemplo conocido es el de Talcott Parsons, el cual elabora sus famosos modelos sobre el sistema y la estructura social, partiendo de conceptos de una generalidad ambigua como son los términos de “sistema” y “estructura” sin haber definido suficientemente sus características, ni sus interrelaciones y su coordinación.
            De esta  manera, para Parsons, “sistema” es la sociedad en lo general, y la sociedad es “aquel tipo de sistema social que comprende todas las condiciones principales para existir como sistema autoestabilizante” (T. Parsons an Shils, Towar a General Theory of Actino, Cambridge, 1951, p. 26) Parsons construye sobre esta base sus cuatro tipos de estructura social.56
1)   “La imagen universal de la adquisición” que corresponde a la sociedad moderna donde la finalidad de los individuos consiste en la adquisición en sí.

55Ver W.L. Wagner, Social Class en America, Chicago, 1949
56Parsons y su esencia consideran la estructura social como el resultado y el modo particular de los efectos mutuos de disposiciones, sentimientos y emociones de seres humanos, es decir, la estructura de sus interrelaciones. Mientras que el “campo de acción” es la imagen que tienen los hombres de las condiciones y eventos circundantes (Ver. T. Parsons. The Social Sistem).
2)   “La imagen universal de la asignación”, se refiere a la sociedad organizada jerárquicamente en la que se asigna, desde arriba, su actividad a cada individuo su papel, “donde a diferencia del primer modelo el valor de la adquisición es aprobado en ciertos niveles solamente. 3) “la imagen particular de la adquisición,” 4) y por último “la imagen particular de la “asignación”, donde está ausente una motivación general de la adquisición y cada actividad se valoriza por separado. Pensamos que este ejemplo ilustra suficientemente cómo la falta de los niveles intermedios del análisis y el partir de generalizaciones ambiguas y abstractas conducen a la elaboración, en este caso, de “tipos” totalmente abstractos y discordantes con los tipos sociales realmente existentes como formaciones económicos – sociales.
El ejemplo de Parsons nos sirve también para abordar la cuestión de las diferencias que se dan entre la teoría y la hipótesis. Esta claro que lo que propone Parsons como teoría no son más que modelos hipotéticos y, desde nuestro particular punto de vista, falsos. Sin embargo, las argumentaciones de este tipo son consideradas comúnmente como teorías o bien, como en el caso de Bunge ( y a fin de cuentas de Popper), se termina por reducir las teorías a un simple conocimiento hipotético. Hay que recordar la aseveración de Bunge de que el núcleo de toda teoría científica es un conjunto de hipótesis verificables. Pero Bunge va más lejos al agregar lo siguiente:
            “Más aún: habitualmente se concuerda en que debiera llamarse “hipótesis”no sólo a las conjeturas de ensayo, sino también a las suposiciones razonablemente confirmadas o establecidas  pues probablemente no hay enunciados fácticos generales perfectos”57. Ya nos hemos referido a lo que consideramos una falla en la argumentación de Bunge (ver material sobre el “problema”) en cuanto a que no toma en cuenta el carácter absoluto y relativo de la verdad, pues si bien es cierto que no hay verdades absolutas, también es cierto que la verdad es siempre concreta y que las verdades “relativas” son parte de la verdad absoluta. Las teorías que, consideradas científicas en un determinado momento por haber sido confirmadas o verificadas, y que, posteriormente son puestas en duda por los nuevos hechos – o bien que no alcanzan a explicar suficientemente los hechos a que se hace referencia y que son desplazadas por nuevas teorías, no son negadas en su totalidad, sino que queda en pie una parte de ellas, o bien su concepción general como una aproximación a un conocimiento más exacto. El hace aquí referencia a las teorías que ha sido verificadas o confirmadas, excluye aquellas “teorías” que eran simples fantasías o bien eran falsas y que a juicio de la gente de la época eran consideradas como “verdaderas” o “científicas”: como por ejemplo, la teoría de que la tierra era cuadrada, o bien que era el centro del universo o los tipos de estructura social de T. Parsons, etc., etc. Así pues, pregunta obligada es ¿qué es lo que distingue a la teoría de la hipótesis científica? Kopnin nos informa en su Lógica Dialectica58 sobre las vicisitudes a que se ha visto sometida la hipótesis a través de la historia, pasando por la concepción negativa que de ella tenían Newton y de la influencia perjudicial que le adjudican. Comte, Mach y Avenarius tenían una visión apocalíptica de la hipótesis “calificándola de veneno de la filosofía y peste de la razón, afirmando que la finalidad de la ciencia no es la de construir hipótesis, crear sistemas y teorías, sino la de describir los fenómenos sin plantearse el conocimiento de la ley que regula su movimiento.59
            El positivismo ha optado por a) rechazar la hipótesis; o bien, b) por reducir el conocimiento científico a un conocimiento hipotético. Ambas opciones son incorrectas. El materialismo dialéctico parte de la relación dialéctica que establece entre el sujeto y el objeto de conocimiento.
            El método científico que tiene como fin la reproducción del objeto por la vía del pensamiento tiene su fundamento en la unidad entre la práctica y la teoría. Se considera a la teoría como el conjunto de conceptos, categorías, modelos, leyes, teorías, problemas e hipótesis, o sea las diferentes formas de reflejo del concreto sensible en la conciencia del sujeto de conocimiento.
            A otro nivel, hacia el interior de la “teoría”, están aquellas teorías que han sido verificadas por la vía de la demostración, de la práctica, que son fidedignas, y que hay que distinguirlas de aquellas teorías que están formuladas a nivel de suposición y que no  han sido verificadas; que todavía no se han determinado si son o no son fidedignas, es decir, las hipótesis.
Además hay que distinguir la teoría que está planteada en forma problemática, o sea los problemas científicos. La posición de Bunge de reducir el conocimiento científico a un conocimiento hipotético tiene que ver con este nivel.

57 M. Bunge, La Ciencia , su Método y su Filosofía, Buenos, Ed. Siglo XX, 1973, p. 62.
58 P. V. Kopnin, Lógica Dialéctica, Ed. Grijalbo, México, 1966.
59 Ibid. P. 428
            Kopin nos define la teoría, en sentido cito, como “una vasta esfera de conocimientos que describe y explica el conjunto de los fenómenos, que se dan a conocer las bases reales de todas las tesis enunciadas y que circunscribe las leyes descubiertas en dicha esfera a un principio unificados único”60
                Lo que destaca en esta definición es su unicidad y organicidad; si no existe el principio unificador y la organicidad ningún cuerpo de conocimientos puede constituir una teoría científica. Y por último, si no existe argumentación, demostración, de las tesis que la componen tampoco hay teoría. Desde este punto de vista, la hipótesis se distingue solamente en cuanto a que es una teoría no comprobada, no demostrada. Pero, podemos afirmar que, desde el punto de vista formal, no se distingue de la teoría.
            Etimológicamente “hipótesis” significa “punto de partida”; por ser una teoría cuya veracidad no ha sido demostrada o argumentada, se define como una suposición o conjetura, pero de ninguna manera puede ser reducida a una simple suposición. La hipótesis científica está apoyada en el conocimiento científico; es la posible respuesta a un problema de carácter científico y por tanto posee una base objetiva. La parte conjetural viene a constituir su parte subjetiva en tanto no sea demostrada. La subjetividad de la hipótesis no debe interpretarse en el sentido de que su contenido sea necesariamente subjetivo, es decir, que no corresponda las propiedades objetivas del concreto sensible; sino en el sentido de que es una argumentación o explicación que puede ser o no cierta. La contratación de la hipótesis puede conducir a los resultados siguientes: 1) que la hipótesis sea verdadera, con lo cual se establece que su contenido es objetivo y pasa a formar parte de la teoría científica, 2) que la hipótesis sea falsa, con lo cual se establece que la parte conjetural sea subjetiva por su contenido, 3) que la hipótesis sea parcialmente verdadera, es decir, que su parte conjetural, por su contenido tenía una parte subjetiva y otra objetiva, siendo un paso obligado la modificación de la hipótesis para reiniciar el proceso de su constratación. Se puede asegurar que las hipótesis anteceden a la teoría. Las teorías científicas surgieron primeramente como hipótesis y las nuevas teorías dan paso al planteamiento de nuevos problemas y a la elaboración de nuevas teorías dan paso al planteamiento de nuevos problemas y la elaboración de nuevas hipótesis; es un proceso dialéctico.

60 Ibid. p. 430.
Como señala Engels, la hipótesis; es la forma en que se desarrolla las ciencias. El paso de hechos aislados al conocimiento de la ley, de una estructuración teórica a otra que refleja las leyes del movimiento de los fenómenos con mayor exactitud y profundidad, se realiza por medio de la hipótesis”.61
            En otro trabajo62 nos referimos a las teorías del materialismo histórico para ilustrar el paso de la hipótesis a la teoría, decíamos:
            “Primero nos referiremos a las tesis fundamentales de la concepción materialista de la historia. El materialismo histórico considera fundamental el modo de producción, lo define como las relaciones que se establecen entre los hombres en el proceso de producción de bienes materiales y afirma que existe una necesaria correspondencia entre sus aspectos contrarios, es decir, entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Enseguida se establece que las relaciones de producción son determinantes respecto a las demás relaciones humanas. Las teorías de materialismo histórico fueron elaborados a nivel de hipótesis entre los años 1840 a 1850; y por primera vez ofrecían la posibilidad de estudiar los fenómenos historicos y sociales con pleno rigor científico.
            No fue a través de 25 largos años de estudio como Marx llegó a la comprobación de sus hipótesis. Con la aparición de El capital, la concepción materialista de la historia deja de ser una hipótesis para convertirse en una teoría científica. Marx reunió una masa colosal de datos y con extremo rigor lógico, pasando de análisis a la síntesis, de lo abstracto a lo concreto, formuló las leyes esenciales que rigen a la sociedad capitalista. Tomando como “modelo vivo a Inglaterra”, país en el que habían madurado las relaciones capitalistas, dedujo los rasgos y aspectos más esenciales de la sociedad capitalista”.
            De acuerdo con Gorski y Tavants, la hipótesis debe reunir las siguientes condiciones:

61 Ibid. p. 430.
62 A. Tecla, teoría, Métodos y Técnicas en la Investigación Social, México, Ed. Cultura Popular, 1976, p. 33.
1)      No ha de hallarse en contradicción con ningún dato de la ciencia. Por su contenido no ha de contradecir la concepción científica del mundo, ni los conocimientos científicos existentes cuando se formula la hipótesis.
2)      Ha de ser suficiente para poder explicar todos los hechos que motivan su formulación.
3)      Ha de explicar, mejor que ninguna otra suposición, los fenómenos y hechos a que se refiere.
4)      Es, por tanto, evidente que no puede considerarse la hipótesis como una suposición fantástica arbitraria y quimérica. Sobre un problema cualquiera de la ciencia pueden idearse incontables suposiciones que dan alguna que otra explicación si se consideran al margen del conjunto de conocimientos científicos de la época. Pero esto no basta, ni mucho menos. La hipótesis ha de articularse orgánicamente en la rama de la ciencia en que ha de ser aplicada.63
La hipótesis se clasifican de acuerdo a diferentes criterios. En primer lugar éstas pueden ser clasificadas según el grado de abstracción en teorías o empíricas. Las empíricas son aquellas que hacen referencia directa a la realidad, mientras que las teóricas deben ser contrastadas o bien a través de otras hipótesis más particulares o bien que sus elementos conceptuales deben ser desglosados hasta llegar a los indicadores que dan cuenta directa de la realidad, o sea el paso de las categorías teóricas a las operativas. De tal modo; podemos decir que las hipótesis teóricas, solo pueden ser controladas indirectamente, mientras que las empíricas en forma más o menos directa. El “más o menos” es porque no hay que olvidar que los grados de abstracción son relativos.
            También hay que distinguir a las hipótesis formuladas en la fase inicial de aquellas que surgen en el proceso mismo de la investigación como respuesta a los nuevos problemas detectados y que llamamos emergentes. Entre las hipótesis elaboradas en la fase inicial destaca la hipótesis de investigación (hipótesis de trabajo) que nos da una primera aproximación general de nuestro objeto de estudio, fijándolo y precisándolo en términos de sus características esenciales, como una unidad.

63D.P. Gorsky y P.V. Tavantas, Lógica, México, D.F., Ed. Grijalbo, 1968, p. 241
Antes de seguir adelante hay que señalar que frecuentemente el investigador trabaja con un conjunto de problemas y por lo tanto con un correspondiente sistema de hipótesis. El tener una visión del conjunto de las hipótesis como un sistema, guarda especial importancia , pues nos permite ver las interrelaciones objetivas de nuestro objeto de estudio y tener una visión integral de él como una totalidad. De acuerdo con la posición que ocupan las hipótesis en el sistema se pueden clasificar en globales (o generales), principales, secundarias, centrales y auxiliares.64 Los grados de influencia y dependencia entre las hipótesis varían de acuerdo con su función dentro del sistema. Las hipótesis centrales son las que determinan y caracterizan al sistema, cualquier cambio a este nivel repercute en el conjunto de sus relaciones. A nivel de las hipótesis centrales se puede destacar todavía a la hipótesis que juega el papel principal. Todo esto nos hace ver la necesidad no solo de la clasificación, sino del ordenamiento y jerarquización de las hipótesis. La relación entre las hipótesis centrales y auxiliares y entre las principales y las secundarias es muy compleja. Para tener una noción aproximada de esta complejidad, daremos un ejemplo – a reserva de que esto se amplíe en otra ocasión – respecto a las relaciones que se dan entre una hipótesis central y una auxiliar. Estas relaciones se pueden expresar de la siguiente manera:
                                   Hc es verdadera                                             Ha es verdadera____________
                                   Hc es falsa                                                     Ha es falsa _______________
                                   Hc es verdadera                                             Ha es falsa                             
            O sea que la hipótesis auxiliar (Ha) es siempre dependiente de la hipótesis central (c). Siempre que Hc es falsa Ha resulta falsa, pero no siempre que Ha es falsa Hc resulta falsa.
            Hay que tener en cuenta por ultimo, que una misma hipótesis central puede relacionarse con varias hipótesis auxiliares.
            Con respecto a las hipótesis generales y particulares ya hemos señalado la complejidad de sus relaciones. Antes de hablar de niveles de generalidad entre un sistema de hipótesis es necesario hacer la distinción entre los postulados teóricos generales y las hipótesis, pues estas diferencias han sido omitidas por algunos autores.

64 Respecto a la clasificación de las hipótesis véase a Friedrich y Veller. Sobre las hipótesis auxiliares véase a Hempel.
Por ejemplo, cuando Popper habla del “modus tollens” como una de los procedimientos lógicos para establecer lo que él llama la falseabilidad de un sistema de enunciados, señala previamente que, los enunciados empíricos de elevado nivel tiene siempre el carácter de hipótesis con respecto a los enunciados – de nivel inferior deductibles de ellos: “pueden quedar falsados cuando se falsa estos enunciados menos universales.65 A nosotros nos parece demasiado arriesgado afirmar que todo enunciado que es general con respecto a otro enunciado, guarde el carácter de hipótesis en relación a este ultimo de nivel inferior. Propiamente, Popper diluye aquí la diferencia entre teoría e hipótesis. Para rebatir esta posición equivocada de Popper, citaremos al paso los ejemplos de las hipótesis elaboradas sobre leyes o principios generales – como los principios de materialismo histórico, o bien las hipótesis construidas en base a modelos generales, tal es el caso de la “Marca alemana en relación con el modelo de “modo de producción asiático” tratados por Marx y Engels.66 Como vemos en estos ejemplos, el carácter de hipótesis de los niveles inferiores no es extensible a los niveles superiores. Hay que recordar, además que las hipótesis sólo pueden ser construidas sobre un conocimiento científico demostrado y verificado. Ahora, en lo que se refiere a la relación entre una hipótesis general y otra particular, queda claro que se trata de relaciones entre hipótesis. En cuanto a la aproximación a la realidad empírica, Popper tiene razón al señalar el papel de las hipótesis auxiliares en el sentido de aumentar el grado de falsabilidad (contrastabilidad) del sistema de hipótesis debido a su carácter empírico.67 También es digna de tomarse en cuenta su observación sobre el escaso valor de estas hipótesis en el desarrollo de la teoría.

65 R. Popper, La Lógica de la Investigación Científica, Madrid, Ed. Tecnos, 1977, p. 72
66Marx y Engels desarrollaron hipótesis sobre el carácter de las relaciones agrarias en Alemania (Marx citado por Kopnin, Op. cit., p. 440)
67 Popper ilustra esto con un ejemplo de las ciencias naturales; el principio de exclusión de Pauli correspondiente al campo de la teoría cuantica (véase K.R.Poper, Op. cit., p. 120). También vendria al caso la hipótesis sobre el agua clorurada en el ejemplo de Semmelweis citado por Hempel.
Pero, hay que tener presente, por otra parte, que en el campo de las disciplinas sociales, el tema de las hipótesis, y concretamente de este tipo de relaciones y funciones, no han sido suficientemente estudiadas.
Siguiendo con los criterios de clasificación, las hipótesis pueden ser clasificadas también por su metodología, dando por resultado el método de hipótesis modelos, hipótesis de principios y métodos de hipótesis matemáticas. Remitiéndonos a Kopnin, en el método de hipótesis modelos se trata de la construcción de teorías en base a modelos conocidos y utilizados para explicar relaciones y estructuras en un campo más específico por medio de analogías y homologías; podemos citar aquí los ejemplos de los modelos organicistas de la sociedad, o bien los modelos de los átomos de las moleculas construidos por analogía a los fenómenos del mundo habitual del hombre. En ciencias sociales el método de hipótesis modelos es muy frecuente, baste mencionar a algunos autores que los han utilizado como a Marx, Weber, Parsons, etc., aunque el punto de partida, como la forma de construir los modelos sea diferente.
Kopin nos advierte que el método de la hipótesis modelo no solo posee ventajas sino también defectos. Entre sus ventajas, esta la de disponer de un modelo coherente que refleja lo esencial y lo típico del fenómeno, una desventaja resulta cuando la construcción del modelo se hace en forma arbitraria y/o cuando se aplica mecánicamente a la realidad sin tomar en cuenta la especificidad y los distintos niveles.
Respecto al método de los principios, Kopnin nos dice que a primera vista, parece desligado de las hipótesis y al margen de ellas, ya que pasa directamente de la experiencia a los principios. “El método de los principios se basa en la extrapolación,  en la generalización de los datos experimentales. Las leyes observadas por vía experimental en un limitado grupo de fenómenos, se extienden a un grupo más amplio”.68 En las ciencias sociales, podemos decir que la historia recorre frecuentemente a la extrapolación: el ejemplo de la Marca y el Modo de Producción Asiatico ya citado. La generalidad del método de los principios ha quedado plenamente reflejado en la tesis de que la clave de la estructura del mono es la estructura del hombre; la tesis expresa, en gran parte, el método de extrapolación. La arqueología, la etnología y la antropología social recurren a este método frecuentemente

68 P.V. Kopnin, Op. cit., p. 433.
La hipótesis matemáticas tienen una aplicación más restringida en el campo de las ciencias sociales. Este método se basa en la extrapolación de las formulas matemáticas. Los investigadores que más han intentado desarrollar el método en las disciplinas sociales son los positivistas, al estilo de Lunderg, Galtung y Blalock. A diferencia de estos autores la posición materialista considera que la elaboración y la aplicación de modelos matemáticos a la realidad social deben tomar en cuenta la naturaleza especifica de los fenómenos sociales y el análisis concreto. Los modelos matemáticos reflejan una situación ideal que es necesario tomar en cuenta para no caer en el mecanismo. Pero de ninguna manera deben rechazarse los modelos matemáticos, se debe tender a la modelación matemática siempre y cuando su utilización esté plenamente justificada. Por el momento baste recordar los modelos marxianos respecto al proceso de circulación del capital, los modelos de la reproducción simple y ampliada, de la composición orgánica del capital, de la tasa de plusvalía, etc. Un rasgo distintivo de los modelos matemáticos marxianos consiste en que éstos están elaborados como una derivación del análisis genético-estructural materialista dialéctico.69
Las hipótesis se distinguen también por el procedimiento lógico que se ha utilizado en su elaboración, de tal modo las hipótesis pueden ser inductivas, deductivas o analógicas (homologicas).
La relación de las hipótesis con los problemas también es muy compleja e igualmente no ha sido estudiada. En principio podemos decir que aún en aquellos casos en que la hipótesis resulta falsa, significa un avance del conocimiento de la realidad. La hipótesis es la respuesta tentativa a una pregunta, a un problema. La hipótesis se deriva del problema, de su continuación lógica; está preñada del contenido del problema y lo presenta en forma más desarrollada. Podemos decir que la hipótesis está determinada por el problema, pero que a la vez observa cierta autonomía. Una forma de demostrar esto, es a través de ejemplos clásicos en la historia de las ciencias naturales, donde problemas que no tenían una base objetiva condujeron al descubrimiento de una ley o una teoría (como en el caso del flogisto). también se ha observado la situación en la que diferentes puntos de partida conducen al mismo descubrimiento.

69 Vease, J. Zeleny La Estructura Lógica de “El Capital” de Marx, México, Ed. Grijalbo, 1974, Cap. 8, pp. 141-163
Aquí hay que hacer la advertencia de que si bien el camino seguido por los científicos para llegar a un mismo objetivo o descubrimiento ha sido diferente, no lo ha sido respecto al método. A manera de ilustración nos referimos a algunos ejemplos citados por Bernal. Es sabido que en el descubrimiento de la ley de la conservación de la energía convergieron las investigaciones de tres científicos. Los puntos de vista correspondientes a los tres descubrimientos principales fueron radicalmente distintos: Mayer (1814-1887) llegó a su concepción a partir de las consideraciones filosóficas generales de tipo cósmico. Atrajo su atención la analogía entre la vis viva (energía) adquirida por los cuerpos que caían por efecto de la gravedad y el calor obtenido mediante la compresión de los gases. Joule (1818-1889) llegó a la idea a partir de los experimentos que realizaba para averiguar si el nuevo motor eléctrico era susceptible de convertirse en una fuente práctica de energía. Al advertir que ello era posible, pues toda la energía se consumía en el cinc, de muy elevado costo, de la batería impulsora, se vio obligado a considerar la equivalencia cuantitativa del trabajo y el calor...sobre Helmhotz (1847) indica que:”al intentar generalizar la concepción newtoniana del movimiento al de un gran número de cuerpos en atracción mutua, mostró que la suma de la fuerza y la tensión de que hoy llamaríamos energía potencial y cinética, seguía siendo la misma”.70 Todos estos puntos de partida tenían en común dar una explicación a la era del vapor, que había planeado una serie de problemas en cuanto la calor, la mecánica, la electricidad, las fuente de calor, el desgaste de la energía, etc. En la biología tenemos el ejemplo clásico de Darwin y Wallace; Darwin, miembro de una familia con tradición científica, formuló sus primeras hipótesis como consecuencia de sus observaciones, realizadas en su viaje alrededor del mundo en el famoso Beagle, empleando veinte años en sistematizar sus ideas y sus datos, mientras que Wallace, catorce años más joven que Darwin llegaba a las mismas conclusiones sobre la evolución por medio de su estudio acerca de la distribución de los animales en las Indias Orientales. Otro ejemplo es el descubrimiento de las bacterias y el  papel que juegan las enfermedades en el que convergieron, por caminos diferentes, Pasteur y Koch; el primero a través de sus estudios de las enfermedades en el gusano de seda, y Koch estudiando la multiplicación del bacilo de antrax, que lo condujo al aislamiento del bacilo de la tuberculosis.

70 J. D. Bernal, Historia de la Ciencia, Barcelona, 1967, Tomo I, pp. 452-453
     
            En las ciencias sociales también son frecuentes estos ejemplos. Marx y Engels en su época de juventud habían llegado a las misma conclusiones sobre la lucha de clases y el papel de la clase obrera. El camino seguido por cada uno de ellos había sido un tanto diferente. Marx había emprendido la critica revolucionaria de la Alemania de su tiempo en la Gazeta del Rhin, fundada por él; mientras que Engels hacía su análisis clásico de la situación de la clase obrera en Inglaterra. Más tarde desarrollarían sus ideas y coincidencias en una serie de trabajos conjuntos entre los que destacan la Ideología alemana y La sagrada familia. Es obligado también citar el caso de Morgan quien investigando las sociedades primitivas descubrió a su vez los principios fundamentales del materialismo histórico, en forma independiente a la obra de Marx y Engels.   
            Los ejemplos anteriores ilustran adecuadamente las relaciones dialécticas que se dan entre problemas e hipótesis, no son, de ninguna manera, relaciones mecánicas. La generalidad y universalidad de las leyes y principios permite que en el estudio de diversos problemas se produzcan hipótesis similares y se llegue a los mismos descubrimientos. también tenemos presente el hecho y la posibilidad de que un mismo problema tenga diferentes soluciones. A reserva de que esta cuestión sea profundizada, podríamos afirmar que existe una relación inversa entre la diversidad de soluciones y el nivel de generalidad. Para poner un ejemplo citaremos el principio de la “determinación en última instancia del factor económico”. A este nivel no es posible considerar diversas soluciones, se trata de un principio general. Cuando este principio se elaboró a nivel de hipótesis excluyó cualquier otra proposición en este sentido. En cambio se pasa a otro nivel y se trata de establecer el cómo o el cuándo, pueden existir diversas soluciones, por ejemplo, ¿cuándo se da el paso de un sistema a otro? Etc. Hay algunos casos en que diferentes hipótesis que se proponen como solución a un problema y que parecen contrapuestas son en realidad complementarias.
            Tal fue el caso en torno a la naturaleza de la luz, y la discusión se daba respecto a que se era ondulatoria o corpuscular. La conclusión se dió en el sentido de que la naturaleza de la luz era tanto crepuscular como ondulatoria. Ejemplos de este tipo son frecuentes a nivel de las disciplinas sociales; las causas de un movimiento revolucionario, o de una determinada crisis, etc.
            En cuanto a sus elementos la hipótesis es más rica que el problema. La hipótesis contiene no solamente los elementos del problema, sino, además, aquellos que intervienen como parte de la solución. Por ejemplo, en el problema ¿qué es una clase social? Se trata de investigar los rasgos que caracterizan a las clases sociales de tal modo que en la respuesta aparece el concepto de clase social desglosado en una serie de características. Una forma sencilla de expresar esta relación es la siguiente:
            A nivel de problema aparecen los elementos X y Z.
            A nivel de hipótesis aparecen los elementos X y Z más A, B y C
            Lo que distingue a la hipótesis del problema son los elementos A, B y C, ésta es la parte subjetiva de la hipótesis; es la parte que encierra la posibilidad de un conocimiento nuevo.
            La hipótesis no se presenta como el sólo cambio de la forma interrogativa o conminatoria a la afirmativa, ni tampoco es un simple agregado de elementos con respecto al problema, sino que representa una fase superior en el proceso del conocimiento del fenómeno. Tienen toda la razón aquellos autores que han conceptuado a la hipótesis como la punta de lanza de la ciencia, como el motor de su desarrollo. Sin hipótesis no hay desarrollo científico propiamente.
            Otra variante que hay que mencionar en cuanto a la forma que reviste la hipótesis, es la hipótesis problema. Este tipo de hipótesis pueden ser considerados como las respuestas o soluciones planteadas en forma de preguntas, o dicho de otra manera, que en la pregunta están ya contenidos los nuevos elementos. El asunto, como se ve en este caso, es puramente formal.
            Sobre el papel que cumple la hipótesis en el proceso de investigación, queda de manifiesto su importancia el señalar simplemente que este papel consiste en orientar la investigación. Las hipótesis son las que determinan cuáles y cuántos son los datos que vamos a recolectar y procesar, así como las técnicas que vamos a utilizar. Las hipótesis nos permiten aislar lo esencial, lo significativo y con ello nos aporta el criterio para establecer la cantidad de datos que necesitamos.
            Esto nos permite organizar nuestra actividad científica,; nos permite prever los recursos, las técnicas, los medios, el tiempo, los costos, etc., que se requieren para llevar a cabo nuestra investigación. Cuando se elabora una hipótesis hay que pensar en todas las consecuencias a que nos lleva su contrastación, pues de otra manera estaremos a la deriva, sin saber exactamente qué es lo que vamos a hacer, ni como lo vamos a hacer. No pocos investigadores piensan que la investigación consiste en recolectar toda la información posible sobre el objeto de estudio y llegado un momento se ven abrumados por una masa caótica de datos sin saber qué hacer con ellos; el resultado es la esterilidad científica. El trabajo científico es altamente selectivo y discriminatorio; se trata de registrar sólo aquella información que es significativa para la contrastación de nuestras hipótesis. Este carácter selectivo y discriminatorio nos permite darnos cuenta cuando seguimos una pista falsa, en términos de recursos y de tiempo tiene también un gran significado a nuestro marco teórico, replantear nuestros problemas y elaborar en consonancia nuevas hipótesis.
            Es muy importante tener presente, al elaborar nuestra hipótesis, su posibilidad de contrastación. El paso de las hipótesis a los indicadores es el tema de otro capitulo, por el momento nos limitaremos a decir que las hipótesis deben ser interpretadas o traducidas – ya sea a través de eslabones intermedios o a través de indicadores, según la hipótesis de que se trate – en términos de datos o conceptos que nos permitan manejar la realidad empírica. De otra manera no tiene caso formular hipótesis.
            A manera de resumen diremos, pues, que la hipótesis científica es la búsqueda del conocimiento objetivamente verídico de la realidad, es una de las formas principales de avance del conocimiento, contribuye a descubrir la naturaleza objetiva del fenómeno y a conocer las leyes de su movimiento es la punta de lanza del desarrollo científico, es el elemento que le da a la investigación y a la ciencia su carácter de sistema abierto.
            La hipótesis es la brújula que guía la investigación y la que determina las técnicas y medios de contrastación; por lo tanto posee un carácter heuristico al tender hacia un nuevo conocimiento y generar nuevos problemas. La hipótesis contribuye al avance del conocimiento aún en los caso en que es rechazada totalmente. Por su contenido, la hipótesis se nos presenta como un conocimiento que contiene un aspecto objetivo, en cuanto a su base científica, y un aspecto subjetivos en cuanto a su parte conjetural probablemente verídica.

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